El visionario Mx | México D.F.
México tiene que dejar de ser un país de escándalos y convertirse en una nación donde impere el Estado de Derecho, sostuvo Ricardo Anaya Cortés, Coordinador de los Diputados Federales del PAN, quien añadió que el motor que le falta a nuestro país para terminar con la corrupción, es la construcción de un sistema legal con mecanismos de sanción eficaces y órganos independientes y autónomos.
El líder parlamentario señaló que un sistema integral contra la corrupción, como el propuesto por el PAN, no admite simulaciones legales ni transformaciones a medias. “Se requiere un cambio profundo y un compromiso serio de las fuerzas políticas, si realmente queremos responderle a la sociedad mexicana, que está cansada de escándalos”, expresó el diputado Anaya.
“Este es el momento de dejar constancia de nuestro compromiso; tenemos la oportunidad histórica de darle a nuestro país un instrumento jurídico eficaz para combatir el más grave de nuestros males. México no aguanta más escándalos de corrupción e impunidad”, aseveró el coordinador panista.
El diputado federal dijo que en los últimos meses han trascendido escándalos, relacionados con el mal uso de recursos públicos y la presunción de graves faltas por conflictos de interés en funcionarios del más alto nivel del Gobierno, lo que ha colocado a México en circunstancias que dañan su imagen y por lo tanto frenan su desarrollo.
El Coordinador Parlamentario indicó que, si en realidad existe el ánimo de avanzar en un nuevo sistema que sancione de manera ejemplar a quienes cometen actos de corrupción, las fuerzas políticas representadas en el Congreso deben dar muestra de ello aprobando un Sistema Nacional Anticorrupción integral, autónomo y robusto.
“Espero que en los debates que se darán durante los siguientes días, a partir de la publicación de la ruta crítica que demandamos se hiciera en comisiones, se expongan todos los argumentos necesarios para integrar un esquema sólido y eficaz, para sancionar a quienes se atreven a meter las manos en las arcas públicas y a quienes ceden a sus intereses personales, antes que cuidar y vigilar la correcta aplicación del dinero de los mexicanos. La corrupción es un lastre del que nos tenemos que deshacer”, expuso.
“La reforma constitucional que estamos discutiendo es el primer paso; sin embargo, limpiar a México de corrupción nos va a tomar una generación entera. Combatir la corrupción es, de hecho, la tarea central de mi generación”, concluyó Ricardo Anaya.