Redacción | México D.F.
Los saltos ornamentales en México actualmente gozan de un prestigio forjado en escenarios mundiales y olímpicos y que las jóvenes promesas de esta disciplina, que últimamente han brillado con medallas en competencias internacionales, en su mayoría con límite de edad, buscan extender en una etapa en que el cambio generacional parece haber alcanzado a esta disciplina.
Acostumbrada a figurar en escenarios mundiales desde que Joaquín Capilla obtuviera medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres, en 1948, los clavados han sido una de las especialidades que mejores resultados han aportado al deporte mexicano a lo largo de la historia con 11 metales olímpicos e igual número en Campeonatos del Mundo.
Entre esos logros también destaca las preseas olímpicas conquistadas por Álvaro Gaxiola, Carlos Girón, Jesús Mena y Fernando Platas, así como el título del orbe alcanzado por Paola Espinosa en 2009.
Aún jóvenes pero con una trayectoria destacada y más extensa, clavadistas como Laura Sánchez, la propia Paola Espinosa, Yahel Castillo y Rommel Pacheco, se han encargado de poner en alto el nombre de México en años recientes y de aportar con experiencia y consejos al crecimiento de las nuevas generaciones.
Ahora, el turno será para saltadores como Alejandra Orozco, Rodrigo Diego, Alejandra Estrella, Gabriela Agúndez, Jonathan Ruvalcaba, Andrés Villareal y Dolores Hernández, quienes a su corta edad, se perfilan a convertirse las figuras de los saltos ornamentales en los dos ciclos olímpicos que se aproximan, para unirse a Iván García y Germán Sánchez, como los referentes de México para clasificar a Juegos Panamericanos, Campeonato Mundial y ganar plaza para los Juegos Olímpicos.
De acuerdo al entrenador Iván Bautista, el éxito de esta disciplina en nuestro país radica en el cambio de mentalidad que todos los deportistas han experimentado en años recientes.
“Ese cambio en la mentalidad les ha permitido a las nuevas generaciones comprobar que a temprana edad se pueden alcanzar grandes logros. Los entrenadores mexicanos estamos detectando talentos a temprana edad tal y como lo hace la escuela china, nos interesa presentar al mundo a futuras promesas y es un legado que buscamos dejar y del que muchos deportistas forman parte”.
En este sentido, Bautista asegura que los dos ciclos olímpicos más cercanos serán de suma importancia para estos valores, ya que habitualmente son 8 los años que requiere un clavadista para desarrollar su máximo potencial. Por lo que Río de Janeiro 2016 representará la oportunidad de consolidación para los que actualmente figuran y cuatro años más tarde de presentar a nuevas figuras.
“Son muy importantes los dos ciclos que vienen, en Río nos toca mostrar y mantener el nivel para obtener los resultados que corresponden, mientras que para el 2020 el objetivo es cuidar a esta generación de saltadores
Con un sistema de alto rendimiento que le ha permitido llevar a sus alumnos a podios mundiales, Bautista asegura que el trabajo para detectar talentos cada vez es más complejo, esto debido a las exigencias internacionales.
“Las exigencias internacionales nos comprometen a buscar talentos que puedan ejecutar mayor grado de dificultad, los jóvenes deben ser talentosos pero también valientes, porque muchos se quedan a la mitad del camino, la mayoría en la etapa de convivir y superar el temor”.
Por último, Bautista asegura que durante la etapa de desarrollo del deportista la motivación juega un papel primordial para alcanzar el grado de excelencia, mismo que busca explotar en sus pupilos para competencias futuras.
“Es más fácil trabajar con un deportista juvenil porque está motivado, ya que puedes exigirles más en relación al grado de dificultad y si ellos están dispuestos puedes obtener mayor desarrollo en menor tiempo, ya cuando son deportistas mayores y consolidados los avances son menores debido a las lesiones y precauciones que van tomando, no es la misma intensidad”, concluyó.